TÉCNICA Y CONSTRUCCIÓN

 

Un proyecto es la construcción de un pensamiento.

La construcción es un instrumento para concebir, no una técnica para resolver. No debe determinar ninguna solución, sino propiciar decisiones. De  la misma manera que no se puede pensar sin palabras no se puede concebir arquitectura sin la consciencia sistémica que proporciona la construcción.

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La simple elección de un material no implica de por si nada si no determinamos también una forma de utilización especifica. Como dice Mies “No existe un material bueno o malo, solo depende lo que hagamos con él”. A partir de su forma de utilización (es decir, mediante una técnica) van a establecerse las distintas estrategias en relación a las otras variables del proyecto (inserción en el medio, búsquedas espaciales, interpretación del programa.) Como dice Le Corbusier “La técnica es la base del lirismo”.

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Ortega y Gasset decía que la técnica es una reacción y esta conlleva esfuerzo: primero por inventar y luego para ejecutar un plan de actividad que nos permita lograr esa satisfacción con el mínimo esfuerzo. El problema de la actualidad es una suerte de crisis de deseo y por eso toda la potencialidad de nuestra técnica parece que no nos sirviera para nada. Al aparecer la técnica como una capacidad ilimitada, hace que el hombre, puesto a vivir en una fe ciega en la técnica y solo en ella, vacíe la vida. Porque ser técnico y solo técnico es poder serlo todo y consecuentemente no ser nada determinado. Existe una casi ilimitada capacidad de la técnica material contemporánea, pero la vida humana no es solo la lucha con la materia sino también la lucha con su alma.

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