DETERMINACIÓN ESTRUCTURAL

 

Podría decirse que los arquitectos somos los especialistas del espacio; Pero ese espacio no existe sin materia que lo delimite. Esa materia nos plantea una condicionante, que es la gravedad, como ley que lo regula. Ahí es donde aparece el rol de la estructura como el primer impulso en la toma de posesión del espacio: Esta le da orden, estableciendo la relación entre “de que” y “como” están hechas las cosas. En definitiva, la estructura es la esencia irreductible de la forma.

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El proceso de creación no puede disociarse de las leyes físicas que regulan la distribución de fuerzas en el espacio. Entender esto solo depende en parte de datos científicos; Existe una capacidad personal independiente (una suerte de sensibilidad estática) que uno puede desarrollar mediante la observación y la experiencia a partir de la “intuición estructural”. Esa observación se estimula a partir de preguntas que tenemos que hacernos permanentemente cuando proyectamos.

Esas preguntas nos permitirán entender a la estructura portante como un sistema tridimensional, descubriendo cuales son los distintos elementos que lo conforman, para que sirven y que relación guardan con el espacio que delimitan.

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Es importante comprender simultáneamente características técnicas y sensoriales ligadas a la estructura. Por un lado, en relación al equilibrio, a la estabilidad y a la resistencia de la estructura, y por el otro a la configuración espacial de la misma (sus posibilidades en relación a continuidades y discontinuidades, a aperturas, direccionalidades, etc).

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